
Fue algo que vino así, de imprevisto, como en casi todas las ciudades. Alguien se pone a dar un espectáculo callejero, la gente se apelotona alrededor de este…»parece que lo hace bien!«,»vaya trabajo que tiene detrás» y al final, acaba siendo muy valorado. Se lo merecen. Así ha ocurrido en Bilbao, de ser «perseguidos» (entrecomillado…